Examen de Primer Año Primer Trimestre, Lunes 4 de Junio de 2001 Una nota acerca de la medida Para los antiguos egipcios el símbolo de la
precisión era una pluma que servía de pesa en el platillo
de la balanza donde se pesaban las almas. Aquella pluma ligera se llamaba
Maat, diosa de la balanza. El jeroglífico de Maat indicaba también
la unidad de longitud, los 33 centímetros del ladrillo unitario,
y también el tono fundamental de la flauta. Esta etapa inicial ha sido de múltiples brotaciones,
y en su calidad de primeras, aparecen con el apetito por la medida, por
tener algo que permita fijar lo que se está viendo, que nos permita
nombrarlo. Quizá el hecho de nombrar signifique en cierta forma
darle a lo visto, una primera medida o un primer distingo. Al leer en extenso el índice de faenas realizadas en este primer año, aparecen múltiples puntos tocados, partidas o primeras familiarizaciones amarradas entre sí. Pero además de tener cierta claridad en los puntos tocados, la tensión del estudio exige distanciarse un segundo de lo concreto de la faena para cuidar la red invisible entre estos puntos y formalizar un discurso propio, interno; exige asomarse un segundo a este reino de lo trasladable. En esta primera partida, el juicio para cada alumno
es a la manera de esta pluma ligera, diosa de la balanza que es capaz
de trasladarse de una dimensión a otra: Esta es la entrada a la lógica poética
del oficio, donde lo espontáneo debe ser sometido a la ley de este
dios que tiene forma de pluma. |