Observación

La observación, como un hecho propio del estudio que avanza, en este taller se dio de un modo especial, pues sostuvimos una teoría para este taller que se encuentra en un punto anterior a la distinción entre la gráfica o los objetos.

Este cuidado, en la observación nos señala que al reunir dibujo y escrito en una unidad original, nos trae un lenguaje con espesor, con la dualidad de las dos puntas de una misma vara:

Lo atemporal del espacio fijo, que aparece de un solo golpe en el dibujo; Lo temporal de la palabra, que aparece en un decurso en el escrito.

También, La observación que apela a sí misma, que sabe de su ser líneas o superficies de tinta sobre papel; la observación que apela a lo que ella trae, que sabe del espacio representado, de su luz y de su aire; la primera mirada mira el papel la segunda mirada mira a través del papel, a la cosa.

No es un camino que va y viene, sino un espesor en el cual se avanza al unísono: inmediatez y mediatez; inmediatez de la piedra, mediatez de la serigrafía.

En la serigrafía, el modo que empleamos para obturar la malla fue construir matrices de papel recortadas a la manera de una máscara que permite y obstruye Su ley es la luz del algo contraste. El grabado, en cuanto imagen se juega en su valor intrínseco de superficies de tinta sobre papel, con su composición, su ritmo, sus luces, las formas y cruces de las superficies, su belleza bidimensional. Y al mismo tiempo también se juega en su transparencia, en su locuacidad con relato, con profundidad y luz del mirar a través de la ventana enmarcada que propone.
Se trata de una mirada a la luz de la relación simultáneo-continuo.

POÉTICA

Es preciso definir un universo. Definimos un universo de nueve dimensiones. Es un universo finito desde donde partimos, de los nueve más el cero, que está fuera del universo. La figura máxima de las relaciones entre los entres de este universo de nueve se calculan y se realizan, para que entre todos ellos exista la continuidad, cada dimensión sabe de las n-1 dimensiones restantes.

Se trata de la figura de la máxima continuidad, que sin embargo en su comprensión total, no puede dar testimonio de un único recorrido, la poesía y poema son ahora contenedor y contenido. Estas magnitudes en fuga. Fundamental el distingo de idas y venidas, pues los intervalos no son reversibles. Ir de A a B no es de igual suerte que ir de B a A, ni siquiera su inverso.

Existen todos los recorridos entre los unos y los otros, cada uno de ellos sabe llegar y recibir al otro, y entre ellos así dialogan. El testigo, el orfebre, el restaurador, entre otros.

La estructura en sí es vacía, un mapa de relaciones. Las 36 idas y las 36 venidas más las nueve cartas son los llenos, los devenires, los sucesos para el lector – actor. La palabra está fija, lo que ya no está fijo es su encadenamiento con el sucesor, la disponibilidad de los posibles que se da el cruce del tiempo con el lector, que es lector – actor porque que trae su propia continuidad al poema. Todos los cursos de los ríos de historias, que no se reduce a una combinatoria, sino en la disponibilidad del cuantum de este universo de 9.

Exposición

Exponer es dar testimonio a otro en la fianza de que lo que está fijo tiene la elocuencia suficiente. Es el la fianza de que toda exteriorización del relato, ya sea imagen o texto puede hablar por sí sólo. Es el la fianza de unidades discretas, finitas y cerradas que pueden dar cuenta de un total infinito y abierto. Para nosotros, la clave está en la hospitalidad que ha de construirse para ese“otro”, lector – actor. Se construye hospitalidad elocuente: Desde la inmediatez del cuerpo tridimensional, contenedor, atril, mesa y marco. Desde la mediatez del contenido, de la imagen dibujada, impresa o fotográfica; de sus textos mayores o menores. La mirada del (lector – actor) oscila fijándose en las cosas o viendo a través de ellas. El diseño le exige esa mirada, pues es a través de ella que da testimonio de su oficio.