Senderos de la Memoria
El presente estudio, realizado por Christian Campos, avanza sobre una línea de investigación centrada en lo que llamamos “palacios de la memoria”. Ellos son los espacios que acopian y ordenan los artefactos del pasado, conocidos como archivos y repositorios digitales. Hacemos un especial énfasis en la dimensión espacial de palacio por sobre el ordenamiento de indexación archivística, porque es precisamente este modo anterior (el espacial) lo que posibilita una mirada escalable e intuitava para los siempre crecientes archivos digitales. Además, la construcción espacial provee al lector de una experiencia de lectura o recorrido más comprensible, ya que en su articulación interna de distancias se revela su logos interno.
Antes de seguir adentrándome en el tema del espacio y su modo de recorrerse, debo recordar al lector que este estudio avanza sobre otro anterior: ÅURA; donde se propuso la unificación semántica de archivos digitales por medio de la suite de CONTEXTA, que incluye un integrador de repositorios, un ingestor de circunstancias y un buscador faceteado, entre otros servicios de web semántica.
Entonces, el presente estudio penetra en la complejidad del espacio digital en cuanto a su multidimensionalidad de ejes y aberturas en busca de patrones ordenadores. Basta un rápido vistazo dentro del archivo de esta escuela, por ejemplo, para darse cuenta de las mútiples y variadas conexiones subyacentes entre cada una de las fotografías, planos y vídeos como un frágil y delicado ecosistema de interdependencias. Es justamente esa riqueza de información –o metadata– la que nos permite identificar la identidad de cada archivo o repositirio. Son juntamente estos metadatos los protagonistas de este estudio como articuladores de la red de relaciones.
En matemáticas, para formalizar un espacio se debe construir primero la noción de distancia. Pero, ¿cómo definimos la distancia entre nuestros artefactos de archivo? ¿qué clase de extensión tenemos ante nosotros?
En este trance nos damos cuenta de que nuestro espacio es afín a la metáfora de un grafo, con nodos y vínculos. En realidad, se trata de varios grafos sobrepuestos, ya que las leyes de continuidad o conetividad varían de capa en capa. Bajo esta mirada, podemos distinguir 4 modos de proximidad:
- La proximidad temática, dada por los tesauros propios de la disciplina aboradada por cada archivo
- 2. La proximidad social, dada por las relaciones personales, de autoría o coautoría, de filiación, de generación, etc. entre las personas relacionadas entre los diversos artefactos
- La proximidad temporal de los hechos, como una lectura transversal a las épocas (o “cortes de la historia”)
- La proximidad espacial que reúne bajo lugares y toponimias a elementos diversos
Y a cada una de ellas la pensamos como una faceta; como una cara de este diamante para mirar el espacio. Cada cara nos presenta una realidad deformada desde su propia mirada, o mejor dicho, no existe un absoluto indeformado porque cada faceta conforma un espacio nuevo que viene a contestar una pregunta a propósito de un tema, de una persona, de un tiempo o de un espacio. No hay absolutos, sino que sólo hay espacios que emergen ante las preguntas y del cristal con que se miran.
Esta es una propuesta de navegación semántica con mútiples cruces de caminos, de ahí su riqueza. El lector va decidiendo, en cada detención o momento (es decir, ante cada artefacto del archivo) qué camino sigue a continuación (el temático, el social, el temporal o el espacial). Se trata de un territorio rico en señalética, que permite al viajero permanecer siempre orientado en un recorrido intensionado.
Es el aparente consumo del lector o investigador, normal cliente del archivo, el que ya no más consume, sino que produce. Porque en su mero acto de recorrer va produciendo encadenaciones direccionadas, linealidades rescatadas desde la maraña. Es justamente a partir de esas deambulaciones que los investigadores articulan nuevos discursos y nuevas lecturas de la historia.
Galexia de Christian Campos en Vimeo.