“El territorio ya no precede al mapa, ni lo sobrevive. De aquí en adelante, es el mapa el que precede al territorio, es el mapa el que engendra el territorio”.
El proyecto Quadra corresponde al estudio realizado como proyecto de titulación por Estefanía Suarez, diseñadora gráfica. Este proyecto avanza en la línea de investigación que llamamos Diseño para la Democracia y se pregunta específicamente por la ocación que abre el diseño de interacción para pensar las plataformas y servicios de colaboración ciudadana. El encargo original de este proyecto fue identificar oportunidades para el diseño de un servicio web móbil que fortaleciera los lazos entre vecinos, favoreciendo la participación inclusiva y fortaleciendo el capital social mediante la incorporación de las personas a los asuntos ciudadanos.
Las preguntas que aborda este proyecto son: ¿podemos efectivamente cruzar conversaciones (que naturalmente transcurren en el tiempo) con sus lugares (naturalmente espaciales y cartográficos)? Si el sentido que buscamos es integrar a las personas y a las ideas ¿cómo podemos favorecer la equidad y la democracia de los discursos sin desintegrar y disgregar la atención sobre ellos? Durante el estudio, nos damos cuenta que operamos sobre un modo de comunicación (o sistema) altamente complejo y debemos diseñar para favorecer lo que llamamos conversaciones de valor. Las preguntas que quedan abiertas son innumerables, por ejemplo: ¿Son las ciudades y sus paisajes de información susceptibles de ser pensadas como una construcción colectiva y democrática? o ¿cómo se modela visualmente la relevancia de un determinado argumento?
Lo que alimenta a este proyecto es la búsqueda —tal vez utópica— de la polis original, aquella gobernada sin representantes, en una democracia directa; con ciudadanos libres y con espacios públicos (normalmente al aire libre) para la discusión y la deliberación. Era una democracia desintermediada, medida y acotada por el espacio del ágora. Y este espacio estaba medido, a su vez, por el alcance la la voz. Era a partir de esta medida humana que la polis cobraba su tamaño y su gobernabilidad.
Cabe hoy preguntarnos por nuestra relación con el espacio negociable de nuestras ciudades, con nuestros vecinos, con nuestro territorio urbano. Son curiosamente el diseño y la tecnología lo que viene a cuestionar (si no a desmantelar) es el actual paradigma de gobernabilidad, abriendo la posibilidad de la nueva voz pública interconectada que busca su propia y justa medida. Este proyecto avanza en proponer una medida para esta voz nueva.
He had bought a large map representing the sea,
Without the least vestige of land:
And the crew were much pleased when they
found it to be
A map they could all understand.
“What’s the good of Mercator’s North Poles and
Equators,
Tropics, Zones, and Meridian Lines?”
So the Bellman would cry: and the crew would
reply
“They are merely conventional signs!
“Other maps are such shapes, with their islands
and capes!
But we’ve got our brave Captain to thank:
(So the crew would protest) “that he’s bought us
the best—
A perfect and absolute blank!”