Manifiesto para el Diseño de Interacción en un Tiempo que se Despliega
El Diseño configura cómo nos relacionamos entre nosotros y con el mundo a través de la tecnología. El Diseño está presente en toda mediación y se extiende más allá de ser únicamente una capacidad humana o una práctica instrumental. Cada artefacto, interfaz y sistema modela posibilidades de acción y de relación, definiendo qué se vuelve accesible, qué se comparte, qué se eleva y qué se excluye. Este manifiesto propone principios para orientar el Diseño en su relación con la tecnología como medio cultural, social y político.
A diferencia del arte, que puede existir sin responder a nada más que a sí mismo, el Diseño siempre responde a otros. Está situado en la vida cotidiana, donde su tarea es hacer posibles y habitables los encuentros. El trabajo del Diseño conlleva responsabilidad por la calidad de las relaciones que habilita, por las formas de accesibilidad que abre y por los significados colectivos que sostiene.
Vivimos un momento epocal en que los sistemas políticos, económicos y tecnológicos están alcanzando sus límites, generando incertidumbre e invitando a la transformación. En este tiempo, estos principios proponen un camino para el Diseño, como práctica y como disciplina colectiva: preservar su sentido humano construyendo nuevas formas de vida y de relación que no pueden anticiparse del todo. El Diseño, entendido como la anticipación dibujada, planificada o proyectada de lo que vendrá, siempre está abierto a lo imprevisible. Estos principios buscan orientar esa apertura para que lo que emerja permanezca arraigado, hospitalario y compartido.
El Diseño Pertenece a la Polis
El Diseño existe entre las personas, como el lenguaje. Pertenece a la sociedad porque da forma a la vida compartida: interfaces, objetos y sistemas facilitan encuentros, establecen umbrales de acceso y distribuyen esfuerzo y atención. El Diseño responde ante el mundo colectivo y reafirma al nosotros. Su medida es la hospitalidad y la utilidad, no la autoría artística. Codifica relaciones tan poderosamente como las instituciones, y puede abrir o cerrar futuros.
Esto exige una práctica situada: un Diseño atento a lo que funciona, dónde y con quién. El pragmatismo aquí es un camino de los actos y gestos repetidos que sostienen la vida y le dan forma. La belleza del Diseño surge como una elevada integración de dimensiones materiales, económico-utilitarias, sociales y culturales, haciendo rimar la bondad con la verdad. El Diseño debe hablar con los lenguajes de los lugares—tradiciones, paisajes, comunidades, ecosistemas, reconociendo también al mundo más-que-humano. Pertenecer a la polis es tratar la tecnología como un medio cívico: claro, mantenible en comunidad, culturalmente resonante, reparable y adaptable. Implica diseñar con custodios, probar en contexto, documentar decisiones y fomentar nuestra reimaginación constante.
El Diseño Celebra la Condición Humana
El Diseño tiene un arte propio: el arte de celebrar la vida humana en su profundidad y diversidad. Afirma que vivir trasciende lo meramente funcional. La belleza se manifiesta en los actos y gestos que configuran cómo habitamos el mundo a través de rituales, tradiciones, lenguas y creatividad cotidiana.
Cuando el Diseño sostiene la dignidad, crea espacios para la convivencia, la expresión cultural y la renovación de la vida diaria. Florece en la pluralidad, acogiendo distintas formas de expresión mientras da forma a nuevas maneras de habitar y de relacionarse. Honra los valores humanos, no como ideales abstractos sino como experiencias vividas: frágiles, diversas, siempre en devenir. El Diseño celebra en lugar de objetivar la condición humana.
El Diseño Fortalece el Poder Colectivo
El Diseño estructura relaciones y esas relaciones nunca son neutrales. Pueden empoderar o disminuir, resaltar o atenuar. Diseñar con intención es equilibrar la participación y distribuir la agencia. Llama la atención sobre quién está incluido, dónde reside el control y quién queda silenciado.
El Diseño también configura las herramientas. Las herramientas influyen en la autonomía o en la dependencia. Una herramienta bien diseñada permanece viva en su comunidad: adaptable, reparable, aprendible y abierta. Amplifica la capacidad colectiva a la vez que sostiene la agencia individual. Cuando herramientas y relaciones se alinean, el Diseño abre (y se abre) a un espacio compartido donde las personas son reconocidas como participantes que actúan, adaptan y co-crean, en lugar de usuarios pasivos. En esa horizontalidad habita la resistencia al secuestro y a las asimetrías de poder.
El Diseño Revela Belleza a Través de la Hospitalidad
El Diseño muestra su mayor belleza cuando acoge. Un Diseño hospitalario anticipa la presencia del otro, crea espacios de entrada sin obstáculos y respeta la dignidad de la participación. Su belleza es relacional, culmina en la facilidad con que otro comprende, actúa y siente pertenencia.
La hospitalidad implica apertura, claridad, legibilidad y transparencia de proceso y propósito. La accesibilidad no es otra cosa que la hospitalidad del Diseño. Todo artefacto tiene un revés: costuras, lógica y estructuras ocultas. Mostrar ese revés es volver legible el proceso, hacer visible el tejido. La belleza de la verdad se reconoce en lo enmarañado y lo inacabado, porque desvela cómo llegó a ser lo que es e invita a su apropiación y replicabilidad. La hospitalidad en el Diseño enseña: invita a la apropiación, la reparación, la creación. Con esta generosidad, el Diseño se convierte en un vehículo de cultura, transformando lo cotidiano en un tejido compartido de belleza.
El Diseño También Puede Ser Siniestro
El Diseño posee poder, pero los diseñadores a menudo carecen de él. Ese poder fluye a través de nosotros, empleado para la conversión, el control y la extracción. La tecnología se puede emplear para modificar el comportamiento del otro. En este contexto han surgido los “patrones oscuros”: tácticas sistémicas y reconocidas—estrategias engañosas de interfaz que manipulan, coaccionan y socavan el consentimiento. No son errores, sino elecciones deliberadas que habilitan la manipulación.
A pesar de un poder personal limitado, los diseñadores cargamos gran responsabilidad. La negativa es nuestro primer instrumento de agencia. Decir “no” no es complacencia, es resistencia. Debemos sostener la claridad, el consentimiento genuino, la reversibilidad, la argumentación documentada y la transparencia. Rehusar la manipulación es reafirmar la integridad. Configura entornos de confianza, autonomía y dignidad, resistiendo lo incorrecto mediante una postura ética con el oficio.
El Diseño Siembra Soberanía Tecnológica
La soberanía tecnológica es la capacidad de las comunidades para mantener control sobre las tecnologías que habitan. No se trata de aislamiento, sino de resistir la sumisión a sistemas cerrados y corporativos. Practicar la soberanía significa dar forma a tecnologías que las comunidades puedan apropiarse, modificar y redefinir culturalmente. Esto sostiene la agencia colectiva, evita la dependencia y honra el significado local.
La soberanía florece en sistemas adaptables y culturalmente significativos. Cuando el Diseño es accesible, las comunidades pueden sostenerlo, modificarlo y personalizarlo. El Diseño se convierte en cultivo, no imposición, de la vida digital, del registro público y de la memoria colectiva. La soberanía garantiza la libertad de relacionarse con la tecnología sin volverse esclavo de ella.
La soberanía tecnológica ayuda a contrarrestar dependencias extendidas, plataformas centralizadas, bloqueos de proveedores globales y cadenas de suministro opacas. Apuesta por infraestructuras adaptativas que respeten valores y capacidades locales. Las comunidades recuperan agencia digital, cultivando sistemas alineados con necesidades culturales. En esta recuperación, el Diseño se convierte en un acto de justicia y renovación.
El Diseño Revela Sistemas con Transparencia
Todo proyecto oculta y muestra a la vez. El Diseño tiene un rostro visible y un revés en cuanto lenguaje: su lógica, estructura y consecuencias. La transparencia implica mostrar ambos lados: explicar por qué se construye algo, cómo funciona y qué impacto tiene.
La transparencia no es un adorno ideológico. Es la condición de la comprensión compartida y de la reinvención. Ofrece el revés como lenguaje, permitiendo que otros lean, adapten, cuestionen y continúen lo que fue dado. Al revelar, el Diseño invita a la transformación y al cuidado compartido. La transparencia visibiliza los propósitos y sincera las motivaciones.
Este principio se alinea con nuevas ideas de transparencia en el Diseño que vinculan justificación con explicación, no como interpretación posterior, sino como “publicidad del Diseño”, donde los artefactos algorítmicos aclaran sus propósitos y metas normativas.
El código abierto es una expresión tangible de esa transparencia. Cuando el código fuente, la documentación de Diseño y los flujos de trabajo están disponibles públicamente, se crean condiciones para la supervisión y la replicación comunitaria. Cualquiera puede inspeccionar, contribuir o adaptar el trabajo—trasladando el poder de la autoridad singular hacia el cuidado colectivo.
El Diseño Cultiva la Custodia del Oficio
El Diseño carece de la custodia que otras profesiones mantienen. Su apertura hacia la persona no-diseñadora es valiosa, pero también lo deja vulnerable a ser capturado por intereses ajenos al bienestar público. La custodia propone construir estructuras colectivas: espacios de crítica, reflexión ética y responsabilidad.
Los diseñadores deben cuidar no solo de su práctica individual, sino de la disciplina misma. Un gremio de Diseño, fundamentado en responsabilidad, cuidado y criticidad, protege el horizonte ético de la disciplina. Garantiza que el Diseño siga siendo una práctica de responsabilidad con la Polis, con la cultura viva y con el futuro.
Corolario
El Diseño debe ir más allá de producir lo posible y comprometerse con deliberar lo deseable. Todo Diseño participa en la configuración de un mundo compartido. Diseñar es, en última instancia, asumir la responsabilidad por el futuro de la convivencia humana.
Este manifiesto está publicado en inglés aquí: https://github.com/mediafranca/manifesto