Instrucciones al lector:
Este poema está construído a partir de todas las continuidades posibles en la figura de los nueve puntos y las 72 conectivas. En la tabla, los números de 2 dígitos; por ejemplo el “54“, resume la frase: “desde el 5 al 4“.
Para leer se recomienda al lector saltear en la lectura encadenando consecutivamente número entero y conectiva. Cuando el lector decida terminar su recorrido, está invitado a leer el ø.
9p | 19 | 29 | 39 | 49 | 59 | 69 | 79 | 89 | 9 |
8p | 18 | 28 | 38 | 48 | 58 | 68 | 78 | 8 | 98 |
7p | 17 | 27 | 37 | 47 | 57 | 67 | 7 | 87 | 97 |
6p | 16 | 26 | 36 | 46 | 56 | 6 | 76 | 86 | 96 |
5p | 15 | 25 | 35 | 45 | 5 | 65 | 75 | 85 | 95 |
4p | 14 | 24 | 34 | 4 | 54 | 64 | 74 | 84 | 94 |
3p | 13 | 23 | 3 | 43 | 53 | 63 | 73 | 83 | 93 |
2p | 12 | 2 | 32 | 42 | 52 | 62 | 72 | 82 | 92 |
1p | 1 | 21 | 31 | 41 | 51 | 61 | 71 | 81 | 91 |
ø | 1u | 2u | 3u | 4u | 5u | 6u | 7u | 8u | 9u |
.1.La Luz de lo VisibleEl eje induce al cielo
a recogerle desde los hilos
alzando el salto que los partiría en el sacrificio
y será devuelto íntegro el cuerpo
luego del quiebre.
Puesto que el punto que inicia
ya dio sus alardes a la estrofa
y prima el valuarte
legión primitiva
decía de sí
el pasaje
Entre nudo, trazo y tiro
neutra eterna que no desciende
hace cifra y deja al día
a su merced
si la hora
place.
Un brinco estrecha la distancia
si aviso decomisa la conciencia
el orden dinamiza
estira y prolonga
sin cesar.
Le liga una rueda enrarecida
una cinta que no deja
de tener un símil
parecido a su contrario
en el arribo
Cuando suma paralela y lineatura
el edén deja el río en las cruzadas
este sí
este no
de una realidad
amenazante
Uno punto y todo
alimenta y recoge de la siembra
la raíz de un fruto dulce
que en la boca
deshace el ansia
indispensable
Cada lazo enciende
el sucesivo acontecer
la índole consiente
al bienvenido
que ciego se debate
adentro
del enjambre
Cantidades iban solas
deleitando a algún lector
que va saltando
del apéndice a la notación
y viceversa
al colofón
La sortida
el genocidio del árbol y la identidad
el Stilo Nuovo
el pedido y la complacencia
la soledad
y la casa nueva
Mientras hoy la luz retiene
amanece en la memoria
lo que era un precedente
y el sueño
venía de la tarde
Lo más entrañable
era ir
de uno al otro lado
comprendiendo
que la media luna llena todo
y la noche
esclarece.
En el prisma se trasluce
la sagrada intimidad
del paso a paso
y el que sabe andar
persiste.
El signo que al párrafo
ilumina
advierte que alguno
cursó de soslayo
perfil por perfil
la osadía
del viento.
Que ver que imagina
verdear el paseo
tomarle la mano
y llevar a la historia
el golpe
la fuerza y las paces.
La ruta instruye al caminante
y emancipa su fervor
abriendo puertas
y velando
en el umbral
su parsimonia.
Parecía encontrar un alta
voz
el retiro que lo lleva
en el instante
a dejar la boca muda
y quieta
el arma.
En el cinto leía
la feliz culminación
que hubo partido
en la inicial discriminada
y sigue en sus remansos
el amante
que conduce.
Estado así se reconforta
y lo que es secreto deja de serlo
abre la luz
y las atemporalidades.
El soplo del cielo
difundía las causas
del caso crucial
uno fuerte
y el débil
receptor.
Trazado del ángel que
descubre
un alero en un recodo
cerca de la vida
que mortal
perece.
En la cual ella entrega
hace y contempla
el día culminado
entre la dicha
y el pasmo
capital.
El paso sucesivo y anhelante
en cada premisa
el mundo pacifica
la región en que se yace
como un cardo
persistente.
Pareciera que al ojo
se vinieran todos juntos
los que extreman
y los más íntimos
los centros
y sus lazos.
Por vialidad el grandor
que al menos especula
fascina
hasta que el llanto
hace del éxtasis
un conglomerado.
Ellos partieron en las medianías
donde no había retensión
y lo inanimado
aparecía
y desaparecía
aquí y allá.
Los vastos tramos y las minucias
como animales encaramados
lejos del sitio
del nacimiento
que aquí
se olvida.
¿Qué deja de hacerse?
…
adeus mes creaturas
mis individuos
jamás lo comprendido
levantó el ancla
de las virtudes.
El tenor del enjambre
conduce a una sola
a ser reina
y a tomar de las otras
la flor
que en la vida
se da
por doquier.
Da la idea que uno ronda
entre las zarzas
y divisa un horizonte
que no cesa
de causar
alejamientos.
Todo por verle apareciendo
de una vez y para siempre
quedándose y aliviando
la espera
que promete
la esperanza.
Luz que agudiza las líneas
del roble
que rinde homenaje a la sombra
y paciente las tintas
reinciden
de nuevo.
A su vez ella fuera de sí
cantaba y se iba
delgada y silente
tomando
aquí y allá
las flores pintadas
por mí.
Ellos saben rodear las estancias
eterna bondad del gentío
era el genio que lo levantaba
al seno aparente
de su
juventud.
Quizá todo perdía
su parte
un santo tendió
su camino a mis pies
besando los suelos
que habían abierto
el sendero
del orbe.
El hogar tardaría
en hacerse la casa
las fuerzas que adentro
alzaban el fuego
vestían la escena
de dulce
promesa.
Todo profano
mortal prudencia
la supresión dignificada
y el nuevo auxilio sirviendo al mundo
sin pleitesías.
Le enviaría en su senda
llevar la encomienda
la casa que funda
el acta del pueblo
y la nueva bandera
Al doble del río
cruzaban las barcas
y andaban silentes
las lobas
los niños
y un
astro.
Este mismo remanso
en el lado que el codo indicaba
principio
final
y entre
medio.
El mazo en la mano
regía las suertes
y el grupo que daba
suspensa
en la suma
acertaba.
Pero había más
que nada
uno o dos
que coincidían
sin tocarse
y gozar
en la mira
elegancias.
Extravío
que pierde en el hilo
la piedra que hacía el suceso
y en las cuentas
sembraron hastío
y olvido
de sí.
Centrado en la fila que ordena
distancia prudente
uno el otro
el hombro
tendía la mano
al fiel
precedente.
No fue tiempo el instante
ni marcar día a día
el resto que falta
y hacer del entero
congruente
paciencia
infinita.
No hay más urgencia
ese misterio detuvo el tiempo y lo extendió
dejó regir la integridad
restituyendo lo que quebrado
en ascuas quedas
mudó su boca.
Un dios debe haber
en el sitio que falta
y no puede tenerse
ni asirse de veras
salvo que en uno
piedad
quite el sable.
Cómo estas cifras
todo lo hablan
sin que lo digan
y visten las aguas
como un remar
las naves
solas.
Si así se pertenece
a la instancia a que se llega
y se ama a quien reside
si allá
nos dirigiésemos
sin pausa
cesaría.
Fuera de qué
si adentro estaba bien
la recompensa
la estadía
en medio
de un
sin par
El mejor y el menor
gracia encima
ése toma
lo redacta
y crece en demasía
como un triste
cardenal.
Sin astucia no sucumbe
doquier le hila
sin traba
el tinglado
que rige virtud
y verdades.
Devuelve retoma
e integra
el mar que allí adentro
supone que haya
un nuevo país
por delante.
Pues que avista
cercano o lejos
casi un símil de sí
que va deleitando
al fuero que luce
su cara
evidente.
Y se detuvo en la sustancia
cuando el aire dejó despiertas
a las bellezas sin sus bondades
sin sus piedades eran no más
que una apariencia.
Que cuando va
viene presto dejando
un sitio y su huella
y sin despedirse
nos dice su adiós
y su marca perdura
en la
era.
Este tiempo que gasta
y deshace los días que el sol
ya no muestra
no finge ni muda
sino que contempla
las cosas
sin que se den
por vencidas.
Este rezo por flujo
que vierte
cadena en cadena
el orden que no ha de vencer
reverdece
en la siega
el secano.
Punto aparte
jamás deja fuera
el don que condice al entuerto
y trenza las ubres
que dan a las crías
prestancia.
Valga el esfuerzo
la flor que en la mano
se pierde
deambula sin traba
quien rige en la siembra
su fe
puesta a punto.
Y reincide de nuevo
sin culpa que espante
en la rama que gusta
tener ese fruto
que pronto
deshace
el aliento.
En el día perfecto
huída descanso
y su siesta
ni bien ni malvado
aquel y este otro
reside el sentido
en el plan
consiguiente.
La vera que todo
atiende y recuerda
el alero que guarda
a quien sale fuera
el éter que cunde
en el cese
detiene
el fraseo.
Fuera de dios
obra maestra
se transmutaba lo claro en nulo
y en la piedra estaba fría la sangre
y cuando le hubo visto
tierra nació.
Pernocta su noche
y desierto amanece
si todo recobra
la nada que pierde
e ingresa a la faz
que hace frente
a las loas.
Si al cabo y a tientas
el uno que viene
que falta y no está
aparece tras algo
que hizo
que el pie anunciara
si acaso
deceso.
Esperar no debiese ninguno
la puerta reabre
el discurso
y la voz que cansina
incitaba
fijaba el umbral
de la dicha
infinita.
Una pequeña gracia
observada y bebida
con ágil pasión reluciente
vertió palmo a palmo
del fruto silvestre
el yugo
trucado.
Es pues ya suficiente
mi paz mi terror
mi silencio
que oye del mundo
las teas latentes
que dicen
que
sí.
El mar imposible
ola y ola
decanta
preciosas las lenguas
que miden la escuadra
tajante y tunante
ahora que ya
me convence.
El factor que acompaña
brutal caminata
pide a ello
lo aún sin que sepa
ese mosto que guarda
en sí
pura esencia.
Ni primera o real
tenga en tanto
ni tardía evidencia
inflamable quebranto
vienes tú a pedir
un receso
que culpe al lector
de saltar en sucesos.
Viene diciendo pretos en negros
una secuencia
boca que mueva
nunca despierta
aldabán
gerano dos tres.
Turno sigue
y vuelta uno
habla de sí y comunica
escena y rostro
en el decurso
irrepetible.
Dice el mensaje
plegar el vientre
correr la suerte en buena hora
y salvas saludan
solaz
la omisión.
Trina doble
quien dócil place
en crear las durmientes
del vilo en el celo
cuando en la vista
al par electo
suyo
lo hace.
De un rictus
tener por cierto
ser balanceado
irrevocable tempranamente
o al
finiquito.
Si lenta duda
el dial que signa
y marca un calce
hay algo fuera
semi maestro
jugado
e ido.
Tendida y docta
la caravana
cruzar presiente
el tramo aldaba
y conectivas de lo dispar
llamar sentido
a lo discreto.
Ideal maestro
el numeral
que convierte al juego
en la región de las suertes nuevas
que mío el ausente
y suyo el que toma
por diestro.
Índice electo
compaginarse las hojas solas
se solicita
de quien comanda
la vocación
que infinita vence
sin que
perezca.
no caduca el término
y nos acompaña en su dilación eterna
que la memoria alimenta como el horizonte.
El paréntesis cierra su llave a los sucesos
que por un instante se dejaron ver
al unísono.
{ 123456789 }
Los 9, leídos como personajes
quien atiende paso a paso
la fe
que da su testimonio
en él la verdad
hoy cesa su temblar
reposa
y esclarece los sucesos
tanto que
lo ciego
se hace claro.
si liga
hace al todo
unificarse
portador de la cifra
que reúne
en el estrado
recoge y guarda ahí
en el cantar
al hacedor.
de lo disperso toma de aquí
allá también lo distraído
la joya luce
clarín celebra
compuesto entonces
pura mano
compón lo hallado
en lo disperso
y la ópera queda
en divina ordenanza.
se pide que imponga
salud
y juvencia lozana
así sea
a sí mismo
el pedido revive al cuerpo
vital abrazo
que cura al falto
pues
vela que cada región
sea encienda
se quede en su juicio
y sanada
lo sea.
cuánta lengua distinta
decir desconoce
y en raíz su sentido
esclarece en la niebla
que sin más dilucida
y distingue en lo ignoto
a los astros haciendo la luz
en las mismas marismas
que hoy
se disipan.
en la voz que divisa
el momento perfecto
un tiempo que nutre
palabra y andado reluce
¿a quién le dice
si es él?
un fugaz tenle todo
y poquito.
ese extremo que toma
del nido preciado
el fruto mas digno
y semillas dispersas
en el surco labrado
queda siembra en las tierras
augurio paciente
y crecidas
en flor.
está quien se mira y se ve
está el que se ve y reconoce
ahí está si mismo
diciendo al cronista
relato en el hecho
la vista en el frente
y lo habiendo a su espalda
viviendo.
el que rige y legisla
a las hordas inermes
y advierte presencias
quien sea
que él
se dignase
o palabra real
del registro
y así vive y convive
el mayor y el menor
y mi misma persona.
lapsus
&
ud. sabe
la dolencia que aguarda
la llamada enllamarada
estaba él y su dedicación
la numeralia y el contador
el dándose cuenta
de lo acontecido
la noche buena
que le acompaña
antes de amarse.
.1.El Universo
Construimos un universo del 1 al 9, más el 0;
entendemos que esto es una restricción; sino como; por ejemplo,
necesitamos un campo finito, atrapable para tejer a partir de él
las relaciones que nos posibiliten una comprensión del infinito.
A ello llamamos el quantum del 9 pues nos interesa la no repetición,
esto es La Oda del Orden, la restricción nos da el orden y el campo
de juego.
La poesía requiere el vínculo entre los
versos, así como en la phalène las conectivas reúnen
a las palabras; se ha hecho que entre verso y verso (número y número)
se ha dibujado otro verso que conmemore ese instante del transcurso, por
eso Instante Infinito.
Tipográficamente también hay una estancia,
diremos instancia, pues con estos 9 más 0 dígitos podemos
construir un infinito. El número Uno es esta unidad; las probabilidades
entre ellos juegan a las mismas relaciones que en nuestros conectores.
El poema brinca connaturalmente de un natural a otro.
Amereida en la pg. 142 dice: “faltan palabras
para la forma de nombrar la andada”; sin duda por eso dibujamos,
para dar nombre a lo andado y así tener palabra; así dilucidamos,
entonces El Oscuro Mar se clarifica& faltan palabras porque ellas
abren, faltan porque nunca acaban; faltan porque es preciso esclarecer
la travesía.
La poesía cuando es jugada se diferencia de
la literatura, interviene lo que vulgarmente llamamos vida: esto es La
Mano del Mundo, la que toma partido y es vivida como un acto semejante
al cotidiano; la poesía hecha por todos, axioma del Conde de Lautreamont,
pide de cada cual su memoria y su integridad, su mano, su jugada.
Todo oficio permite, además de lo propio, otra
cosa; posibilita una nueva actividad humana, un quehacer que antes no
era posible, el zapatero que finamente enguanta el pie abre el mundo al
caminante, a los viajeros a los peregrinos. Los oficios hacen expresiva
la posibilidad del ha-lugar, la poesía canta a esta instancia de
la abertura. Ha de ser El Espejo; el rostro de uno mismo que la poesía
intenta develar.
El acto que provoca en el lector el salto del exterior
a su intimidad exige de una poética que manifiesta lo extraordinario.
Se establece un vínculo en el lector que hace de eje entre su mundanidad
y lo celeste; esto restituye al cuerpo luego del quiebre; está
el acto ejecutándose in-situ La Luz de lo Visible. La interioridad
el presente hace patente el uno a uno& así ha de leerse.
Y danzan las partes al ritmo en que impera el habla.
El Diálogo de las Criaturas se posibilita por una palabra que hace
regir las suertes nuevas; lo ya creado no basta si no se hospeda en otra
criatura cuando ella expresa su carencia y la totalidad en la falta del
otro -su complemento-; palabra que permite el diálogo.
Tal acto pide del cuerpo su ejercicio, voluntad y voluptuosidad;
el poeta a flor de labios libera por su boca lo inescrito y ahí
dicho; el oidor retiene el retumbar de la palabra poética. Las
Partes del Cuerpo como las partes de un todo juegan desde su unicidad
hasta sus combinatorias no infinitas. El autor y el lector se integran
en una persona: el auctor; tal jugada& y se rectifican uno al otro.
Sepa el lector que aquí no cesa, que la elección
ha sido suerte de manos dignas. Tómese ya lo que afuera queda y
canta silente lo que se ha dicho& No cae en la cuenta pues no le tiene
y nunca le tuvo; estaba fuera; iba cantando de una en una antes que hiciera
decena entera.. Y ahí estaba, Fuera del Éter, fuera de sí
y lejos de todo haciendo al son rimar la lid de este poema y leyendo,
cómo si no, esas palabras que describieron tenerse cerca, contigüidad,
llamadas prestas que en fin& vacías; y hacen del cero la diferencia.
Agregar un comentario